Domingo 4 de septiembre 2016
Canonización de la Madre Teresa de Calcuta
“El día más feliz de mi vida”
Se dice que los santos a menudo “vienen de a dos” como en los casos de la Virgen María y San José, San Pedro y San Pablo, San Francisco y Santa Cla-ra o los franceses San Luis y Santa Celia Martin.
En 1986, cuando el Papa visitó la casa de la Madre Teresa en el corazón de los barrios pobres de Cal-cuta, la Beata llamó a la ocasión “el día más feliz de mi vida” y que “es una cosa maravillosa para el pueblo, porque su contacto es el contacto mismo de Cristo». Tras la llegada del Santo Padre al lugar, la Madre Teresa subió al papamóvil blanco y besó su anillo, conocido como el anillo del pescador. Luego el Pontífice besó la frente de la Beata, un saludo que intercambiaban cada vez que se encontraban. Des-pués de un cálido “hola” la Madre Teresa llevó a Juan Pablo II a su hogar llamado Nirmal Hriday (Sagrado Corazón), que era un hospicio para enfermos, indigentes y moribundos, que fundó en la década de 1950. El Papa Wojtyla estaba «visiblemente emocionado» por lo visto durante el recorrido mientras ayudaba a las hermanas a alimentar y cuidar a enfermos y moribundos. Ambos santos siguieron siendo amigos cercanos. Hoy nos ponemos bajo la intercesión de Santa Teresa de Calcuta, para que derramemos el amor de Dios a todo aquel que se acerque a nosotros.