Querida familia de la parroquia del Santo Cristo del Calvario:
Os saludo con un cariñoso abrazo en Cristo nuestro Señor.
Les escribo unas cuantas líneas para expresaros mi más profundo agradecimiento por compartir momentos gratos en mi formación sacerdotal así como su acompañamiento espiritual, material y afectivo durante mis años de formación allí en Marbella. Y como la amistad vence todas las barreras, os llevo en mi corazón por donde me toca ir, por eso los he tenido presente en el día de mi ordenación sacerdotal, también he sentido de cerca sus oraciones para que el Señor lleve a cabo su obra.

Les cuento que después de la ordenación he tenido la alegría de celebrar la Santa Misa en mi pueblo natal, Lari, que está situado en el famoso Valle del Colca a unos 3350 msnm, en ella estuvieron toda mi familia, mis padres y mis 7 hermanos además de todos los tíos, primos, como no decir que el pueblo estuvo de fiesta por dos días, y fue así porque el otro sacerdote que se ordenó junto conmigo también es del mismo pueblo, así que hicimos que se prolongara la celebración.
Ahora estoy designado por mi Obispo, Mons. Jorge Izaguirre para trabajar en la parroquia Santa Ana del Distrito de Chuquibamba a unos 2900 msnm, capital de la provincia de Condesuyos, Arequipa, me ha confiado ayudar como Vicario parroquial, además de colaborar como Vicario Episcopal de toda la provincia. Desde esta sede tenemos que atender a ocho distritos con sus muchos anexos en sus diversas necesidades espirituales y humanas, el territorio es extenso y las vías son muy accidentadas, pero junto con mis hermanos sacerdotes: Manuel y Nicasio estamos dispuestos a trabajar por la salvación de las almas.
Me despido con un afectuoso abrazo, y les imparto la bendición del Señor, para que sigamos creciendo cada día en amor a Dios y al prójimo.
Atentamente
Simón Silloca Quico, presbitero
P.D. Rezad por los sacerdotes