Es impresionante ver cada día como Dios actúa en la vida de los hombres, cómo sale a su encuentro y aprovecha las situaciones cotidianas para ello.
En la primera semana de Septiembre de este año, un grupo de personas han venido a esta Parroquia del Santo Cristo del Calvario, para recibir un papel que les permitiera ser padrino o madrina. Algún familiar o amigo, les ha pedido apadrinar al pequeño de la familia que va ser bautizado. Para ello se encuentran con el primero de los problemas, no están confirmados.
Se les explica que tienen que recibir primero el sacramento de la confirmación.
Muchos no saben que es y además el proceso dura mínimo 12 sesiones y dos meses exprés…
Todos vienen a veces quejosos, porque al final de la jornada, después de un día largo de trabajo, prisas… etc… deseosos por llegar a casa y descansar, se encuentran con que tienen ahora que asistir a cierto número de charlas y no saben que excusas poner, o inventar para quitársela de encima de la forma más rápida posible. Asistir a estas catequesis es una molestia para ellos
También sea dicho, se da el caso de aquellos que vienen gustosos a recibir el sacramento, pero son muy pocos…
Las sesiones se llevan a cabo los martes y los jueves.
Cada día comienza con una oración a María entrando en su Corazón Inmaculado para que nos lleve envueltos en su Gracia y Paz a Jesus.
San José también tiene un papel importante en estas catequesis, mostrar el modelo de hombre elegido por Dios, que lleva la Fe al hogar. Ellos dos, María y José, forman junto con Jesus, parte del modelo de familia a seguir.
Poco a poco van entrando en materia. No son conscientes de la profundidad que hay en estas catequesis y van descubriendo en ellas a Dios. Van descubriendo el amor de Jesús, que le ha salido al paso en este momento.
Van descubriendo un mundo olvidado y aparece en ellos una llamada, “el amor”. Cristo Jesús se hace presente en sus vidas… cada día tienen un encuentro íntimo con El.
Cada día acaba con un tiempo de media hora en la capilla ante el Santísimo Sacramento, donde aprenden a reconocer la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Hay lágrimas, conversaciones con El…. conversiones…
Y en la cuarta sesión ya se les habla de la confesión … se les anima a profundizar en el interior de cada uno y conocerse.

Ver cómo va su vida, ver qué lugar ocupa Dios en ella, ver como cada uno es y antes de exigir que los demás cambien, como pueden cambiar ellos.
Al final todos van a la confesión y reciben el sacramento en Gracia
Han tenido un proceso, no largo, pero sí intenso, donde se les habló de la Fe de nuestro Padres, del pueblo de Dios que siempre es rescatado por El, de la Ley y sus Mandamientos, de la Iglesia de todos y de los toques de Gracia que Dios hace con su Hijo Jesus en los sacramentos y cómo vivirlos en comunidad. De la Pureza, Castidad, de la Vocación y crecer en este amor gratuito de Dios cada día, ante la presencia de Dios con la Oración.
Es precioso verlos felices sabiendo que alguien a quien antes no conocían, les acompañara siempre, “El Espíritu Santo”. Aprenden a invocarlo, a llamarlo, a recibir ese fuego en su interior que transforma y transciende en los actos más sencillos y cotidianos.
Ven como Dios solo quiere de ellos que sean felices con El y con los demás.
Algunos incluso descubren que ya no pueden vivir sin El. Que lo necesitan en sus vidas y dan enormes pasos, tomando compromisos verdaderos, como vivir en Gracia, asistir a Misa e ir una hora a visitarle en el sacramento de la Eucaristía…
Dios no deja a sus hijos nunca solos, tan solo hay que pararse un momento y decirle JESUS te Amo, cambia mi vida….
Paqui Orozco