Después nos dirigimos al seminario, donde tendría lugar el almuerzo, extraordinariamente bien organizado y con una calidad excelente; un menú delicioso y un servicio inmejorable, compuesto de una jugosa paella mixta, delicioso pastel de carne con sabrosas patatas a lo pobre, un tiramisú fantástico y café para quienes lo deseasen. Los autobuses que hicieron el recorrido de ida y vuelta dieron muestra de un exquisito comportamiento personal y profesional.
El broche final lo puso D. José López Solórzano que en su calidad de director de tan numerosos grupos y como arcipreste de las Parroquias representadas, felicitó al Padre D. Rafael Rodríguez por la excelente organización, a todos los peregrinos por un comportamiento de respeto, alegría, fraternidad y unidad, a los 12 sacerdotes convocantes de los distintos distritos y a Inmaculada del Obispado en su calidad de organizadora de tan magnifica comida. La simpatía y el buen humor de Pepe López se contagiaron a todos los asistentes, que agradecimos con un fuerte aplauso, tan acertada, emotiva y fraternal convivencia, llena de júbilo, amor y Misericordia.
Un sentimiento de libertad, elevación, plenitud, luz, amor, necesidad de entrega, de fraternidad y Misericordia, fue el equipaje que todos trajimos para poner en practica en nuestra vida cotidiana esta inolvidable experiencia.