Los Santos de la semana I Domingo de Cuaresma

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Claudio de la Colombiere– 15 febrero. Nacido en Francia en 1634 pasó sus primeros años estudiando filosofía y retórica. Entró en el noviciado jesuita de Aviñón a los 17 años y en 1660 emitió los primeros votos. Fue profesor en el colegio de los jesuitas en Lyon y en 1675 fue nombrado rector del Colegio de los Jesuitas en Paray-le-Monial, donde se convirtió en el asesor espiritual y confesor de Santa Margarita María de Alacoque, que estaba recibiendo visiones del Corazón de Jesús. Sta. Margarita recibió mucha oposición por parte de los teólogos, sin embargo S. Claudio le aseguró que sus visiones eran auténticas y se convirtió en discípulo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y la propagación de su devoción. Colombiere murió en 1682 en Paray le Monial y fue declarado Santo por San Juan Pablo II en 1992.

 

Los siete fundadores de la orden de los siervos de María– 17 febrero. En la fiesta de la Asunción en 1233, la Virgen María se apareció a 7 jóvenes florentinos nobles exhortándolos a abandonar el mundo y retirarse y vivir en soledad y oración. Ellos se retiraron al Monte Senario en las afueras de Florencia. Los siete adoptaron el nombre de «Los Siete Santos Siervos de María» y dedicaron su vida a propagar la devoción a la Virgen y sus dolores y de la pasión de Cristo. Siguieron las reglas de San Agustín, que la Virgen María les había dado instrucciones de hacerlo, llevando hábito negro y escapulario negro. La Orden de los Siervos es una de las cinco órdenes mendicantes Católica, desde su primer desarrollo en Florencia se extendió rápidamente por toda Europa y fue aprobada por el Papa en 1259. Los Siete Santos Fundadores de la Orden de María fueron canonizados por el Papa León XIII en 1888.

 

Beatos Francisco y Jacinta de Fátima– 20 febrero. Francisco y Jacinta eran hermanos. El 13 de mayo de 1917, en una aldea en Fátima, experimentaron una serie de visiones de la Virgen María junto con su prima Lucía Santos. Madre María se identificó a ellos como «La Señora del Rosario». En la primera aparición se les dijo que volvieran al mismo lugar en Cova de Iria el 13 de cada mes durante los próximos seis meses. En el momento de las visiones Francisco tenía 9 años y Jacinta 7. Durante las visiones, la Madre María les dio instrucciones para aprender a leer y escribir, pero lo más importante es que los animó a rezar el Santo Rosario constantemente, para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra en Europa. Durante una aparición la Virgen dijo a Jacinta y Francisco, que pronto serían llevados al cielo, mientras que Lucía permanecería en la tierra para llevar a cabo el trabajo de Dios. Francisco murió con 11 años en 1919 y su hermana de la misma enfermedad poco después en 1920, con 9 años de edad. Ambos niños fueron enterrados en la basílica en Fátima. Han sido beatificados el 13 de mayo de 2000 por San Juan Pablo II. Jacinta es la niña más joven en ser beatificada sin ser mártir.

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