Los santos de la semana II Domingo del Tiempo Ordinario

Santos de la Semana_red

 

Sta. Margarita de Hungría – 18 enero.  Era hija del rey Bela IV de Hungría. Desde muy joven fue confiada a los cuidados de las monjas dominicas. A los 12 se convirtió en novicia en el monasterio de «La Virgen» de Budapest. Su padre estaba decidido a arreglar un matrimonio político para ella pero Margarita ya había dedicado su vida a Dios y tomó sus votos finales con 18 años. Vivía una vida muy austera y pasaba muchas horas en la oración y el ayuno. Permaneció en el monasterio durante toda su vida realizando las tareas más serviles y ayudando a los pobres y necesitados. Se cree que su estilo de vida severa finalmente condujo a su muerte en 1271, el 18 de enero. Fue canonizada en 1943 por el Papa Pío XI, 74 milagros se han atribuido a su intercesión.

 

Sebastián – 20 enero. Mártir cristiano, nació en Narbonne Galia en 256 y falleció en Roma en 287. Se unió al ejército romano en el 238, para estar al servicio de los demás cristianos que fueron sometidos a persecución. Era un excelente soldado y de la guardia personal del emperador Diocleciano. Consiguió la conversión de muchas personas prominentes al cristianismo como el prefecto local Cromacio. Cuando el emperador descubrió su preferencia religiosa sentenció a Sebastián a ser muerto a tiros con flechas. Fue dado por muerto pero estaba oculto y cuidado hasta sanar por Irene de Roma. Tras su recuperación se enfrentó Diocleciano reprochándole su crueldad hacia los cristianos. Sorprendido por su reaparición el emperador le condenó a toda prisa a una muerte brutal golpeándolo con palos. Su cuerpo fue cree que han sido secretamente enterrado por los creyentes, en una fosa donde está la Basílica de San Sebastián.

 

Sta. Inés – 21 enero. (291-304) Era miembro de la nobleza romana criada en una familia cristiana. Aunque se cree que era de gran belleza, consagró su virginidad a Dios desde niña. Cuando sólo tenía 12 ó 13 años el prefecto Sempronio quiso que Inés se casara con su hijo, y cuando ella se negó el informó a las autoridades romanas de que era cristiano. Inés se mantuvo firme en sus creencias y eligió el martirio antes que comprometer su fe, por lo que fue condenada a muerte. El Derecho romano no permitía la ejecución de las vírgenes por lo que fue arrastrada cruelmente por las calles y enviado a una casa de mala reputación. Sin embargo la pureza de Inés fue milagrosamente preservada por la gracia de Dios. Es la patrona de las jóvenes y todos aquellos que buscan la castidad.

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