Palabras para la vida: 24-I-2016
San Pablo compara la Iglesia con el cuerpo humano. Cada uno de nosotros somos un miembro y todos formamos un solo cuerpo que es la Iglesia.
Esta visión de la Iglesia como cuerpo en la que cada uno de nosotros somos sus miembros, sirve para explicar algo que confesamos en el Credo: “la comunión de los santos”. Todos los creyentes al estar unidos por el Espíritu Santo en la Iglesia, hay entre nosotros una comunicación de bienes de unos con otros: compartimos la fe, los sacramentos, bienes materiales, estamos atentos unos a los otros, y nos beneficiamos de los carismas de los demás y aportamos nuestro carisma en bien de los demás.
Esta “comunión de los santos” también significa una comunión de los cristianos en los tres estados de la Iglesia:
-La Iglesia peregrinante
-La Iglesia purgante, que es la formada por los cristianos difuntos que se purifican en el Purgatorio, las benditas animas.
-La Iglesia triunfante, que está en la gloria contemplando el rostro de Dios