Un pequeño grupo de esta parroquia hemos hecho una peregrinación, junto a D. Claudio recorriendo diversos lugares llenos de significado.
El martes 18 partimos hacia Roma y allí nos reunimos con el grupo de peregrinos que venía de distintos lugares de Norteamérica, la mayoría de habla española. La organizadora, Anna, una persona maravillosa con mucha fe y dulzura.
El miércoles tuvimos audiencia con el Papa en la plaza de San Pedro. Fue muy emocionante ver al Santo Padre tan cerca y escuchar sus palabras. Tras visitar la Basílica de San Pedro, fuimos al taller donde se crean y restauran los mosaicos vaticanos. Allí saludamos al artista Claudiu Ungueanu que es el autor del icono en la capilla del Santísimo, la Cruz y el Bautismo de Jesús.
Por la tarde visitamos la basílica de San Juan de Letrán. Justo enfrente está la Scala Santa, la escalera del palacio de Pi-latos por la que bajó el mismo Jesús. La tradición manda subir la escalera de rodillas, lo que hicimos los peregrinos con gran esfuerzo y emoción.
Al día siguiente, celebramos misa en la cripta de San Pedro y después visitamos San Pablo extramuros, basílica construida sobre la tumba de San Pablo. Allí pedí que no se apague la fe en Europa, por la juventud para que se abra a Dios y por nuestra parroquia para que sea una comunidad viva y comprometida.
El viernes partimos hacia Pietrelcina, donde nació el padre Pío. Estuvimos junto al olmo bajo el cual recibió los estigmas. Al día siguiente fuimos al santuario de San Michele Arcangelo y, celebramos la misa en la gruta donde se apareció San Miguel Arcángel en el año 490.
El sábado 22 era víspera del 50 aniversario de la muerte de San Pío y más de 100 autobuses habían venido de toda Italia para la celebración. Rezamos ante el cuerpo incorrupto de San Pío, pidiendo por nuestras intenciones, por D. Rafael y por toda la parroquia. Por la noche hubo una vigilia junto a la nueva basilica pero este año sólo se podía acceder a ella con invitación.
El lunes tras la misa en el monasterio de las clarisas, salimos hacia Cracovia. Una preciosa ciudad, con mucha fe y muchas huellas de San Juan Pablo II. Por la tarde visitamos el Santuario de la Divina Misericordia, junto al convento donde vivió Santa Faustina y allí celebramos misa. Junto a este santuario se ha levantado otro dedicado a San Juan Pablo II, pudimos visitarlo y hacer una oración de sanación. Aunque ya estaba cerrado, lo abrieron para nosotros.
De allí nos fuimos a Medjugorie. Rezamos el rosario en el monte Podbrdo, el monte de las apariciones donde la Virgen se apareció a 6 jóvenes. Visitamos un orfanato donde celebramos la misa y al día siguiente hicimos el Via Crucis en el monte Krizevac. Todo con la presencia materna de la Gospa, la Virgen, que nos pide oración, confesión, eucaristía y ayuno como camino para la santidad.
También nos abrazamos al imponente Cristo crucificado y lloramos a sus pies. Finalmente, fuimos a un valle perdido donde distribuimos bolsas de alimentos para los necesitados. Era impresionante ver la pobreza y el agradecimiento de esa gente.
Marmen Berdaguer Barbadillo